Amante de los animales. Desde pequeña he compartido momentos de mi vida con ellos, disfrutando cada vez que iba al veterinario ya que era un lugar donde me sentía cómoda y a gusto y me interesaba por el trabajo del veterinario. A pesar de esto, nunca me planteé estudiar veterinaria porque yo “era de letras”, y acabé estudiando Turismo.
Durante 9 años trabajé como agente de ventas en una agencia de viajes. A raíz de esa experiencia, desarrollé competencias de ventas, atención al público, de organización, trabajo en equipo y trato con proveedores. También desempeñé labores de guía acompañante en viajes de grupo. Esta labor me valió para adquirir y aplicar competencias de líderazgo, responsabilidad de todo aquello que conlleva tener a cargo a un grupo de personas y estar pendiente de que todo se desarrolle sin incidentes, de que se cumpla un programa establecido y de mantener la calma y saber cómo actuar en situaciones imprevistas. En definitiva, de hacer del viaje una experiencia única para mis clientes.
En los últimos 5 años, hacerme cargo de dos gatitos me enseñó que los gatos tienen un lenguaje propio, que son cariñosos y nobles y a la vez independientes y que sólo hay que prestar atención a las señales que nos van dando para saber cómo tratarles.
Desafortunadamente, también aprendí la importancia de poner medidas de seguridad para evitar caídas, teniendo mi primer “trabajo” como enfermera y fisioterapeuta aficionada, ya uno de ellos se cayó y su recuperación fue larga y tuve que hacerle rehabilitación, curar, medicar,...
Este apego hacia los animales me hizo dar un paso más e involucrarme activamente en su bienestar colaborando como voluntaria en una protectora felina, lo que me hacía sentir plena y muy feliz. Me di cuenta de que quería dedicarme profesionalmente a alguna actividad que tuviera contacto directo con los animales y finalmente me formé como Auxiliar Clínico Veterinario.
Mis anteriores experiencias laborales me aportan las herramientas necesarias para trabajar y encaminar mis acciones, dentro de mi papel como auxiliar técnico veterinario, a lograr el bienestar y trato profesional a los pacientes y la confianza y satisfacción en sus propietarios.
Pongo a su disposición mi entusiasmo, mi profesionalidad, mi amor y dedicación a esta profesión y mi compromiso de aprendizaje y reciclaje, tan importante y necesario en el buen hacer en la profesión veterinaria.