Reflexiva, curiosa, exigente hasta el extremo. Crítica, leal, valiente. También introvertida.

He trabajado durante 17 años como ingeniera de software, primero en investigación, luego en el desarrollo de un proyecto científico de envergadura mundial. De aquellos días guardo como el mayor de mis tesoros el todos a una de un grupo humano entregado a la exigencia máxima.

Culo inquieto como soy, compaginé el software con los estudios de fotografía documental y fotoperiodismo. El trabajo documental me llevó a lugares imposibles: el mayor suburbio de África, a sumergirme en la realidad de los mal llamados inmigrantes de segunda generación o a formar parte de una cuadrilla de caza mayor… La cámara es mi salvoconducto, me permite explorar realidades que de otra manera resultarían lejanas, inaccesibles. Compartir esas realidades se me antoja un privilegio, pero también un deber al que me aferro con fuerza.

Después de años, llegó el día en que necesité salir en busca de otros horizontes. Quise emular a Manu Leguineche en su “Camino más corto” y partí a recorrer mundo a paso lento. El relato que quedó de aquellos días y los mensajes de lectores que se reconocieron en mis palabras, conforman uno de los grandes regalos de mi vida. La escritura es mi constante vital. 

Me formo ahora para ser profesora de inglés. Quiero poder compartir con los demás ese mundo amplio, repleto de matices, que se abre ante nosotros cuando somos capaces de observarlo desde otro idioma. Y es que, aprender otra lengua no es tan solo traducir sus palabras, es aproximarnos a otra concepción del mundo en que vivimos. 

Soy la suma de todos esos intereses y de los recorridos laborales a que estos me han llevado.

Y a ti, que has llegado hasta estas palabras, quisiera decirte: si tu proyecto se fundamenta en la pasión, si valoras a las personas que comparten contigo esa pasión y se comprometen con las metas, si mi curriculum te dice algo… hablemos.