En mi vida profesional he tenido la oportunidad de trabajar en empresas multinacionales, tratando de atender las necesidades —tanto en el ámbito interno de la empresa como externo— de los clientes, con lo cual he podido desarrollar mis aptitudes.

Me considero una persona empática, eficaz y responsable. A lo largo de mi vida laboral me he dedicado a la atención al cliente, y también dando soporte al personal administrativo y comercial. Al saber estar en todos los sitios en los que me dieron la posibilidad, he aprendido mucho; nada mejor que formarse con la práctica. Esto me hizo crecer y ganar seguridad. 

Pasados unos años, he emprendido el viaje de ser madre y cuidar a mi familia, donde también he potenciado el ser organizada, el gestionar el tiempo, gestionar recursos y muchas cosas más.

Hubo un día en el que me pregunté: ¿cómo será mi vida dentro de algunos años si sigo haciendo lo mismo? Fue cuando me vestí de valentía, dejé mi ciudad, mi país y a las personas a quien más quería, para venir a España en busca de  nuevos horizontes; aquí he aprendido a adaptarme, he aprendido otro idioma, he jurado otra bandera, he vuelto a estudiar, he enseñado a mis hijos a volar y creo que, con todo lo que llevo en mi equipaje, estoy en mi momento de remar hacia nuevas experiencias y nuevos desafíos. Me siento preparada para afrontar cambios, para solucionar problemas, para dar soporte y para auxiliar.

Mi desafío profesional es tener la oportunidad de demostrar todo lo que he aprendido, es quitar la etiqueta de que una mujer que deja de trabajar para cuidar a su familia está descartada o desactualizada. Por eso sigo formándome, esto es esencial.

“ÉXITO ES LO QUE TÚ ATRAES POR EL TIPO DE PERSONA EN QUE TE CONVIERTES”

(Jim Rohn)