El cliente no tiene la razón, ES la razón.

Durante toda mi trayectoria profesional he trabajado para una persona sin la cual nada tiene sentido…

Comencé en una preciosa tienda de productos de cosmética… ¿hay algo más agradable que vender cosas bonitas, que huelen bien, envueltas con mimo? Aprendí mucho y desarrollé todos los roles del comercio minorista. La franquicia ponía el foco en la formación y el respeto al medio ambiente, algo muy novedoso en aquel momento.

Más adelante , crecí en una gran empresa con las marcas más importantes del mercado. Mi entorno me considera una persona muy creativa, asique se sorprendían cuando les explicaba que mi trabajo era básicamente números. Pronto aprendí que tras el Excel, el Power Point,  los datos de audiencia, las estadísticas… ahí estaba “esa” persona, el cliente. Los clientes no son números, pero si interpretamos bien los números, somos capaces de conocerles  muy bien. 

He trabajado  en un proyecto que no se materializó finalmente: a veces las buenas ideas (esta lo era) no surgen en el momento adecuado. Me sirvió para iniciarme en el mundo de los contenidos en Redes Sociales. Me encanta sintetizar ideas en textos breves. Conseguir un tono adecuado a cada momento comunicativo con imágenes y textos es algo que se me da bien.

Una de las cosas que más valoro es trabajar en armonía: crear un clima de confianza, en el que sea posible sacar lo mejor de cada uno, atreviéndose a asumir responsabilidades. La risa y el sentido del humor son fundamentales, me encanta trabajar en un sitio en el que la profesionalidad no esté reñida con el buen humor.

¿Y ahora qué? Ahora aspiro a trabajar de nuevo atendiendo al cliente: venta, postventa, comunicación…

 Mi experiencia, mis aptitudes y mi formación me dan la confianza y seguridad de ser la persona que estás buscando en tu equipo- 

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