¿A quién no le gusta estar rodeado de cosas bonitas?

Yo tengo la suerte de dedicarme a eso, al diseño. Soy graduada en diseño gráfico, porque desde joven me costó expresarme al escribir o al hablar y el diseño me enseñó que lo visual es otra manera igual de bonita de comunicarse.

Rodeada siempre de pinturas y de bocetos, decidí descubrir otra faceta más allá y actualmente me estoy formando en un máster de diseño digital UX/UI, de esta manera mi perfil se amplía aún más en diseño tradicional y en el digital. 

El principal reto que un diseñador tiene es la empatía, ponerse en la piel del otro y saber transmitir lo que la otra persona quiere. No es solo la forma, el color o la tipografía si no el sentir lo que el otro siente y mimar hasta el último detalle, todo aquello que quiere comunicar y expresar.