Constancia y perseverancia son rasgos distintivos que marcan mi trayectoria personal y profesional. En lo Social, estas características son imprescindibles para demostrar a los grupos a los que dirijo mi intervención socioeducativa, que el empoderamiento se consigue haciendo un camino duro pero que con las herramientas precisas se logra. Herramientas que facilito como un andamio que se va retirando poco a poco hasta que los grupos y/o personas a título individual, vayan superando umbrales de vulnerabilidad, para que con reflexión crítica potencien la automotivación necesaria para vivir de forma plena. Mi experiencia profesional se ciñe en trabajar en diferentes ámbitos y contextos, y por extensión, con diversos colectivos de intervención. De este modo, he podido ejercer mis competencias laborales con personas refugiadas, mujeres, alumnado y como no, con ciudadanía en general, trabajando proyectos implementados en ciudades y barrios. Estos trabajos me han permitido desarrollar habilidades de trabajo en equipo de forma interdisciplinar, adaptándome a diferentes situaciones de trabajo y a cumplir con los objetivos de forma coordinada. Independientemente de las competencias y conocimientos que me ha aportado mi formación académica, poseo formación complementaria, que me ha sumado, aún más si cabe, profundizar en materias específicas útiles para desempeñar y conocer más a fondo las necesidades que presenta la sociedad y formas de actuación en estos proyectos, como es formación en género, medioambiente, salud, mediación, dinamización comunitaria, así como en materia sociolaboral y nuevas tecnologías, tan importantes para mi propio ejercicio, como para poder proyectarlo a personas usuarias. Mi activismo social, participando y cooperando, con diversos colectivos y organizaciones con diferentes fines sociales del movimiento asociativo, me aproxima a conocer las necesidades sociales desde otros ángulos y me ayuda a reciclarme constantemente en mi profesión y mi pasión: la Educación Social.