Tenía 12 años la primera vez que vi El retrato de Dorian Gray . La película arrancaba con una voz en off recitando unas palabras de Omar Khayyan. Entonces entendí que todos vivimos con aciertos y errores, cielos e infiernos, y que eso nos hacía iguales.
La falta de prejuicios me ha acompañado en todas las facetas de mi vida, convirtiéndome en una persona de confianza y accesible, altamente orientada a las personas y sus necesidades. Esto ha permitido que desempeñara durante más de 13 años, un notable trabajo como recepcionista y supervisor de recepción, en un resort 5 estrellas. Allí aprendí:
A ser responsable y organizado.
A dominar el inglés.
A trabajar en equipo.
A comunicar de forma amable y asertiva.
A formar a nuevos compañeros
Pero en mis inicios, cursé cuatro años de Lengua de signos española, hice cursos como orientador de familias de inmigrantes, inicié Integración social , y participé de mil movimientos sociales que daban visibilidad a todo aquello que la gente no quería ver. Y todos fueron movimientos creativos y participativos.
Así que he decidido estar en continuo aprendizaje y formarme para tener la oportunidad de ser la oportunidad de otros.
Y estas son las palabras que despertaron la conciencia social de un niño de 12 años:
“Envié a mi alma a que cruzara lo invisible, para descifrar una carta del más allá;
pronto mi alma volvió a mí y respondió: Yo soy el cielo y el infierno”