Mi padre siempre encontraba un refrán apropiado para cada situación; yo, a lo largo de mi vida, descubrí que éste representaba perfectamente mi camino. Aprendí que cada tropezón era una nueva oportunidad para encontrar un atajo que me llevase más fácilmente a mi meta: convertirme en la persona versátil, comprometida en mi vida y en mi trabajo que soy actualmente, capaz de superar positivamente las situaciones frustrantes que me he ido encontrando.
El cierre de la empresa en la que llevaba nueve años trabajando supuso un gran cambio en mi vida y me llevó a retomar mis estudios. Quise “formalizar” mis conocimientos en administración y contabilidad, regresando al instituto y cursando el grado medio en gestión administrativa. Además, lo complementé con otros cursos, tanto presenciales como online.
Aunque mi experiencia en el ámbito administrativo no es muy larga, creo que mis años trabajados en la industria o sector servicios me permiten asegurar que soy una persona luchadora, proactiva, a la que le gusta organizar y planificar su trabajo para llevarlo a buen puerto.
Por todo ello espero que esta Lanzadera me sirva para completar mi camino sin más “trompicones” y terminar alcanzando mi meta, regresando pronto al mercado laboral.