Una vida de cine se puede llamar tras 23 años en el mundo del cine como proyeccionista, gerente, taquillero, mantenimiento, portero y lo que hiciera falta.
En mis años de gerente prioricé el buen ambiente laboral sin descuidar la directrices de la empresa porque a si a la empresa le va bien, a todos nos va bien.
El cine me abrió una puerta maravillosa como es el trato al público y en el que estaría encantado de continuar.