Saber venderse es difícil, pero hablar de uno mismo es más difícil sin caer en la modestia o por el contrario en la vanidad. La naturalidad y sinceridad es la forma más directa y honrada. Soy María José, tengo 58 años y la madurez me da el empuje para hacerlo así, sin adornos. Soy ama de casa y hasta el momento me he dedicado a mi familia.
Desde hace más de diez años asisto a clases de bordado al aire e indumentaria tradicional e hilado de collares ¿Y qué tiene que ver aquí el bordado al aire? Con él descubrí mi auténtica pasión. Esta técnica es la utilizada antiguamente en los trajes más lujosos de la indumentaria tradicional gallega. Es un trabajo lento, paciente y exhaustivo, pero el resultado es muy gratificante. Llegué a este mundo por casualidad y me apasiona. Aporto toda la meticulosidad y perfeccionismo que requiere este trabajo.
La madurez vuelve aquí para aportar la determinación para poder dar el salto y decir que es esto a lo que me quiero dedicar. Con él contribuyo a la conservación de una tradición antigua así como a dar valor a un trabajo silencioso hecho por manos de mujeres humildes para luego ser lucido por grandes señoras. Al mismo tiempo, apuesto por diversificar y aplicar esta técnica a otros campos dentro del sector de la moda actual como es en complementos, tocados o incluso trajes de novia y fiesta.
Decidida a profesionalizarme, realicé el Curso de Emprendedores de Artesanía además de obtener la Carta de Artesana de la Fundación de Artesanía de Galicia, que me avala como profesional de la artesanía de bordado al aire y bordado de demás piezas de la indumentaria tradicional como son las monteras o chalecos masculinos.