“¿Sabes el valor de una sonrisa?... Nadie necesita una como aquel que no la tiene para darla… enriquece al que la recibe sin empobrecer al que la da”
Siempre he sentido que poner en el centro de nuestra labor como profesionales a las personas con las que trabajamos es consustancial al desarrollo humano y profesional.
Me motiva y apasiona el contacto directo con las personas.
He dedicado 18 años de mi vida a proyectos de cooperación internacional, en Bolivia y Chile y en zonas fronterizas de Chile, Bolivia y Perú. Al lado de las personas que, por diferentes razones, sociales y personales se encuentran en situación de vulnerabilidad y exclusión social.
¿Mi experiencia? en varios campos como la educación no formal, elaboración de proyectos, mediación comunitaria e intercultural (con grupos y personas de etnia Aimara y Mapuche, en Bolivia y Chile), grupos de mujeres, dinamización, acompañamiento de equipos de trabajo y dirección y coordinación de actividades de ocio y tiempo libre, pero sobre todo acompañando personas.
Y ese es precisamente mi mayor logro, comprobar que el acompañamiento empático y sincero, mejora la calidad de vida en personas con nombre y apellidos.
Me siento cómodo trabajando en equipo, aprendiendo de mis compañeros, me gusta imaginar y crear nuevas formas de relacionarse y de trabajar.
El contacto y vivencia con personas y culturas distintas a la mía, me ha hecho más empático, flexible y me hace entender y creer que los conflictos son fuente de crecimiento personal e institucional y que su resolución pacífica es posible.